sábado, 10 de enero de 2009

Max Payne de John Moore




La venganza será terrible

"Max Payne" (Mark Wahlberg) , toma como base un video juego creado por Sam Lake, sobre un policía atormentado por los recuerdos del asesinato de su esposa y su hijo, caso que se encuentra en la oficinas de los crímenes no resueltos y lugar donde Max pasa la mayor parte de sus días. Su obsesión por encontrar al responsable, o los responsables de la muerte de su familia, lo han hecho un ser solitario, taciturno y de pocos amigos. Sus técnicas en la investigación, extra oficial por supuesto, no escatiman en golpes y aprietes.Su estilo es rudo y violento, casi no usa las palabras, prefiere los puños o el poderoso cañón de su arma para intimidar a "Yonkys" de mala muerte en busca de información que lo lleve dar con el paradero de los asesinos. Su vida es la de un muerto que camina, y su único objetivo, la venganza. Así, en su periplo por distintos antros nocturnos, conocerá a Mona Sax (Mila Kunis) una rusa, quien después de acudir a una fiesta aparecerá muerta, literalmente desmembrada, y será la llave que llevará a Payne a encontrar a los culpables de la muerte de su familia.

Para crear el juego, Sam Lake se baso en la mítica película de fines de los 70 "Mad Max" de George Miller y protagonizada por un joven Mel Gibson. En el filme, Max, un policía de caminos de Australia, sufre la perdida toda su familia a manos de un grupo de pandilleros en moto. A partir de allí, éste simple policía se transformará en un ser ávido de venganza.
De "Mad Max" a "Max Payne" solo quedan el nombre, la esencia de la historia y los métodos de estos dos policías hermanados por un mismo odio. Claro que los tiempos han cambiado y por ende también la delincuencia, que ahora usa una nueva droga de diseño para alterar su percepción en vez de cadenas y motos "Choper".Toda una renovación en el arte de delinquir.



El director es John Moore, reconocido por su trabajos anteriores como "Detrás de las líneas enemigas", y las dos remakes de "El vuelo del Fénix" y "La profecía". En "Max Payne", este Irlandés afincado en Hollywood, ha armado un película muy plástica con una estética visual muy cercana al cómic, ambientes oscuros, luz contrastada, escenarios sucios y siniestros, que aportan a esta historia sórdida y violenta, una cuota extra. Las escenas de corte fantástico, como las apariciones de los demonios que persiguen a los drogadictos, son realmente impactantes.

En el reparto, además de Wahlberg, quien está perfecto en el papel, están Beau Bridges y Chris O´Donnell, acompañando en sus roles sin sobresalir, pero tampoco sin desentonar.
Max Payne, es una película para ver y disfrutar y quienes se acerquen al cine seguramente no van a salir defraudados porque tienen asegurado una hora y media de puro entretenimiento.

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