miércoles, 18 de marzo de 2009

"Surveillance" de Jennifer Chambers Lynch


De terror nada y de fantástico, menos

Uno esperaba que "Surveillance", filme reciente ganador del festival de cine fantástico y terror que se realiza en Sitges, Cataluña, España y último trabajo de la realizadora Jennifer Chambers Lynch (hija de David Lynch, en el filme productor) resultara una película sorprendente. Lamentablemente esto no es así. En primer lugar no he encontrado atributos para que la película pueda competir en un festival de esas características, ya que no se la puede encuadrar dentro del género de terror y tampoco dentro del género fantástico, estaría más cercana al thriller o el policial. En segundo lugar su historia no acusa los méritos suficiente para alzarse con el galardón de ese prestigioso festival, algo incomprensible en una competencia internacional de ese nivel. Una de dos, o las demás películas en competición eran unos verdaderos "bodrios" o el jurado estaba pasado de copas y no comprendió la verdadera esencia del festival. El punto es que "Surveillance" es un verdadero fiasco, y esto lo digo apenado, porque sinceramente esperaba mucho más de Lynch, cuyo primer trabajo "Boxing Helena" (1993) había sido muy prometedor.

La historia se centra en la investigación criminal que dos agentes del FBI, Anderson (Julia Ormond) y Hallaway (Bill Pullman) realizan en una perdida estación policial de un remoto pueblo en los Estados Unidos. Lo diferente, y quizá lo mejor que tiene el filme, es que no podemos saber exactamente cual es el crimen por el cual los dos agentes están allí y la verdeara historia se va reconstruyendo como un rompecabezas a través de tres testigos; el oficial Bennet (Kent Harper) una drogadicta llamada Bobbi (Pell James) y Stephanie (Ryan Simpkins) una niña muy particular. Cada uno ira contando su historia desde ángulos y visiones diferentes hasta que al final el espectador puede dilucidar que es lo que paso en medio de una desolada ruta.
El problema que tiene la película es que es lenta, sin suspenso y sin grandes sobresaltos (solo en el último tramo hay algo de sangre) Lo más llamativo es la vuelta de tuerca del final, que seguramente va a sorprender a muchos, pero que según mi saber y entender, resulta un recurso remanido y forzado.

En síntesis, un filme más, de aquellos se ven a diario, con una interesante estructura de "puzzle" pero que no alcanza para llevarse el premio del festival de Sitges. Tendremos que esperar al próximo año para ver algo como la gente o rogar que se estrene "The fall" de Tarsem Singh la película ganadora del año anterior.