sábado, 8 de agosto de 2009
"Los cronocrímenes" de Nacho Vigalondo
¿Quién empezó primero?
Al empezar a ver "Los cronocrímenes" uno nunca se imagina lo va a venir ni lo que le va a pasar al protagonista del filme. Héctor (Karra Elejalde) es un hombre común que con su esposa Clara (Candela Fernández) están refaccionando una casa en las afueras de Madrid. En un descanso y aprovechando que su mujer se va con el auto a hacer compras al centro, Héctor comienza a observar el bosque que circunda la casa con unos binoculares cuando descubre a una joven mujer que empieza a quitarse la ropa. Intrigado decide acercarse al lugar y al llegar encuentra a la joven totalmente desnuda y tirada contra una roca, segundos después es atacado por un desconocido con el rostro vendado quien lo corta con una tijera. A a partir de ese momento Héctor correrá para salvar su vida, refugiándose en un extraña casa que resulta ser un laboratorio en el cual existe una máquina del tiempo. Asediado por el extraño atacante, Héctor no tendrá otra opción que meterse dentro de la máquina del tiempo, la cual lo trasportará al pasado, pero apenas unos minutos antes.
Este es el punto de partida para que el filme empiece un camino cargado de sorpresas para el espectador, pues Héctor 1 deberá hacer todo lo posible para que Héctor 2 desparezca, así él puede volver a tomar el lugar que tenía. Pero claro, como la historia se repite una y otra vez, nuevos "Héctors" se irán acumulando en espacios y tiempos paralelos, hasta llegar a un punto en donde no se sabe quien es el original que desencadeno todo el problema. Algo así como el cuento del huevo y la gallina.
Adelantar algunas situaciones de la trama sería una grave infidencia, ya que el excelente guión, escrito por el propio Nacho Vigalondo, quien en el filme interpreta al científico, se encargará de que todas las piezas, que al principio parecen elementos sueltos, comiencen a encajar una a una.
"Los cronocrímenes" es una historia sin fin, perfectamente guionada y que entretiene desde el principio sin decaer en ningún momento. El gran mérito es su originalidad que hace que el filme sobresalga del montón y sea una demostración más del crecimiento, no solo técnico, sino de nuevas ideas, por las que está pasando el cine español actual.
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