viernes, 15 de agosto de 2008

"La niebla" de Frank Darabont


El enemigo interno

Pocos son los directores que han sabido llevar a la pantalla grande las novelas o los cuentos de Stephen King sin traicionar su espíritu literario y a la vez, sin salirse de los códigos cinematográficos. Brian de Palma con "Carrie", David Cronemberg con "La zona muerta", Mary Lambert con "Cementerio de animales" y Frank Darabont con "Sueños de libertad", "La milla verde" y ahora con "La niebla" son algunos de los realizadores que han podido conjugar de manera efectiva, el mundo fastasmagórico de la literatura de King con el del cine. Pero es Frank Darabont quien se animó a más, al realizar tres de sus novelas, demostrando el alto grado de interés y admiración por este autor del género de terror norteamericano.

En "La niebla" su última película, Darabont toma como base una novela corta de King publicada en la década del 80, para contar una historia con ribetes fantásticos y apocalípticos, pero también para hablarnos sobre las reacciones humanas cuando las personas son expuestas a situaciones límites. Así, consigue un filme, muy fiel a King, en donde el terror sobre el repentino ataque de seres monstruosos y desconocidos agazapados en una espesa niebla, se convierte en un punto de partida para mostrar como un grupo de personas encerradas en un supermercado, se ven enfrentadas a sus propios miedos y bajezas. De esta manera surge un muestrario de diversas personalidades, las cuales se van ir consolidando a lo largo de las más de dos horas que dura el filme. La más importante es sin duda la señora Carmody, una excelente Marcia Gay Harden, que con desmesurado fundamentalismo cristiano, será la que comenzará a dividir al grupo, al punto de llevarlos a la locura y fanatismo religioso. Por otro lado, esta David Drayton, rol interpretado por el actor Thomas Jane, que no se resiste a quedarse cruzado de brazos viendo como la señora Carmody aniquila las mentes de los pueblerinos con su verborrágia de predicador alienado.

Lo interesante del filme, que ya lo había planteado King en su novela, es no saber quien es verdaderamente el enemigo, si los seres monstruosos que habitan en la niebla o nosotros mismos como especie. Y en esto es donde el realizador hace hincapié y el filme se vuelve más una historia psicológica y de personajes que un filme clásico de horror. Salvando las distancias y las comparaciones, me hizo acordar a un viejo filme del director español Carlos Saura "La caza", en donde un grupo de amigos sale a cazar al campo y terminan matándose entre ellos a raíz de viejas disputas personales que salen a la luz durante ese día de cacería. Aquí sucede algo parecido, si bien no todos se conocen, la tensión que provoca el encierro y el miedo a una muerte horrible funcionan como disparadores de conductas, hasta ese momento ocultas, que llegan un punto en donde matar, y no a los monstruos exteriores precisamente, es la mejor opción para sobrevivir.

"La niebla" es un excelente filme de Darabont y demuestra, como ya dije, que es uno de los pocos realizadores que ha podido interpretar la esencia de Stephen King sin caer en las exageraciones propias de género de terror. Veremos si mantiene el nivel hasta aquí demostrado cuando estrene su próxima película "Fahrenheit 451" sobre la novela de Ray Bradbury, otro autor de culto.

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