La redención de un delincuente
La cinematografía sudafricana no es común de poder disfrutar en estas latitudes, pero "Mi nombre es Tsotsi", supo ganarse un lugar privilegiado, al ser galardonada con el Oscar a la mejor película extranjera en el 2006. Y tiene sobrados méritos para eso. El filme de Gavin Hood y basado en la novela "Tsotsi", de Athol Fugard es un crudo retrato de una sociedad enferma, que le da la espalda a los adolescentes, para dejarlos librados al vandalismo, el desamparo y la marginalidad.Pero "Mi nombre es Tsotsi", es más que eso, es también un canto de esperanza, resurrección y bondad.
Tostsi(que quiere decir matón en el lenguaje callejero) es un adolescente, sin nombre y sin pasado, vive en la calle y lidera una banda de delincuentes. Una noche y luego de haber bebido hasta el hartazgo en un bar, Tsotsi decide robar un vehículo estacionado, la dueña del auto aparece y sin ningún tipo de remordimiento Tsotsi le dispara para herirla de muerte. En su huida, Totsi descubre que en el asiento trasero hay un bebe de apenas unos meses. Esta situación descoloca totalmente al joven, quien en un principio no sabe que hacer con él, pero luego empieza a cuidarlo y a quererlo. Así, lo cambiará y hasta le dará de mamar a través de una joven con un niño a la que recién conoce.
El filme, ahonda en la personalidad de Tsotsi y su relación con el pequeño desamparado. De alguna manera Tsotsi intenta cerrar su propia historia personal, dándole a ese bebe, el amor y el cariño que nunca tuvo.
Con una magnífica fotografía de Lance Gewer y una acertada música que ayuda a crear los climas, el filme pega duro y hace reflexionar acerca de cuales son los límites entre matar y dar vida. Es impecable el trabajo del debutante actor Presley Chweneyagae quien compone un Tsotsi fantástico y por sobre todas las cosas creíble.
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