Amor vampiro
La directora Mary Harron (American psycho) vuelve después de un tiempo sin filmar con un filme de horror disfrazado, ya que en sus casi 90 minutos la acción transcurre entre el amor de dos adolescentes de una institución escolar solo para mujeres y la misteriosa aparición de una nueva alumna, que cambiará todo el entorno educativo y en especial la vida de Rebecca.
Rebecca y Lucy viven su amor tras las paredes del riguroso internado femenino hasta que aparece Ermessa que como el personaje de Carmilla (1872) la novela Gótica de Sheridan Le Fanu, viene alimentarse de la sangre de las adolescentes.
La clave del filme es Carmilla, y el filme vendría a ser como una versión moderna de la novela, aunque no esta basada en el libro de Le Fanu, sino en la novela de Rachen Klein. Lo que sucede es que uno nunca sabe si en realidad Ermessa es una verdadera mujer vampiro que viene por el alma de Lucy (nombre que alude a un personaje de otra novela gótica como es Drácula de Bram Stoker, quien se inspiró en la obra de Le Fanu) o si está en la mente de Rebecca, que ve en Ermessa una potencial competidora por el corazón de Lucy, puesto que todo empieza después de que en una clase de literatura se lee y se habla sobre Carmille. Tampoco sabemos si las muertes y situaciones de aislamiento por las que va pasando Rebecca son causadas en realidad por Ermessa o por ella misma.
El filme navega a dos aguas y no termina de ser ni una cosas ni la otra, como película de amor lésbico no alcanza para sostenerse y como filme de horror gótico no asusta demasiado. El oficio de la directora Mary Harron no basta para sortear los huecos que tiene el guión en ese aspecto. La indefinición que genera la historia creo que es lo que mas molesta y perjudica el resultado final. Pese a todo el filme se deja ver y puede ser tomado como una nueva y moderna vuelta de tuerca sobre los orígenes del vampirismo.
Siempre sentí intriga por la película.
ResponderBorrar