Los famosos están decididos a no gastar más un peso en largas y costosas sesiones de psicología y cada vez que quieren expresar algo que les molesta o que les revuelve la bilis ya saben que en el programa "Bailando por un sueño" que conduce Marcelo Tinelli tienen un lugar donde poder expresarse y descargar las pulsiones negativas que el mundillo de la televisión les ha ido acumulando con el tiempo. Así, broncas, recelos, amores no correspondidos, envidias, celos profesionales y otras motivaciones humanas son expuestas sin tapujos en el programa, al mejor estilo Talk show. Nada mejor que decir lo que uno siente en la cara del otro, nada mejor que hacer público los "mambos" psicológicos para intentar dejar atrás los bajones anímicos y desparramar por el escenario meses de furia contenida. Todo es válido a la hora de hacer terapia y nadie se quiere perder el privilegio de ser parte de ese gran diván, de esa concurrida terapia grupal, que al mejor estilo de las comunidades terapéuticas que alguna vez implementara el Dr Caminos, se les brinda sin costo alguno.
Millones de espectadores asisten cada día al feroz espectáculo y son parte del evento psicológico más grande que se haya televisado. En cada emisión van conociendo las distintas personalidades de los famosos que transitan por el estudio. Así, con cada pelea, reproche o llanto que se muestra, van aflorando las diversas patologías mentales de los concursantes y del jurado. Psicosis, depresión, bipolaridad, manías obsesivas y angustias son algunas de las que se pueden ver en cada una de las emisiones. El programa más visto de la televisión argentina se ha convertido en un espejo de pasiones contenidas, en una circense exposición mediática de los "quilombos" que cargan los famosos y como a la mayoría de la gente que consume este tipo de programas le gusta nutrirse de una gran variedad de bajezas humanas antes que de un buen libro o una buena película, el éxito está garantizado. En fin, así esta nuestra televisión.
¡Bienvenidos al diván de los famosos, pasen vean y escuchen y si quieren, hagan terapia también!
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