domingo, 8 de febrero de 2009
La televisión ¿Verdad o mentira?
La televisión es hoy un fenómeno cultural de gran envergadura y fuerte impacto social, desde su aparición en el mundo, allá por finales de los 40, este procedimiento tecnológico ha revolucionado sin duda, la forma de ver y de percibir nuestra realidad cotidiana. La fuerte connotación dialéctica que se da entre un dispositivo, creado en un principio como entretenimiento, y el espectador medio, ha generado a lo largo de estos años que la televisión, se posicionara en el primer lugar de preferencia del público a la hora de elegir las formas de entretenerse e informarse.
Este práctico pero feroz aparato, se ha instalado hoy en el quehacer cotidiano de cada miembro de la sociedad, y es una parte innegable de su vinculación con el medio y la realidad. Esto motiva dos tipos de interrogantes. El primero, si realmente la televisión es sólo un instrumento de entretenimiento e información, el segundo, que abarcaría un campo de análisis más profundo, es si la televisión actual es creíble o no.
Poder diferenciar entre realidad y ficción resulta algo complejo en su postulación, ya que la mayoría parece vivir y ver el mundo desde el televisor, y todo lo que allí se dice o se hace tiene el carácter de “veraz”, mientras que lo que no aparece en la pantalla, tiende a no existir para el televidente. Esta vulgar falacia por la cual se pretende hacer ver a la televisión, en especial a la señal de aire, como un aparato (en el sentido de estructura) cuya función es la de servir como apéndice electrónico de la realidad cotidiana, parte de un concepto equivocado, pues la mayoría no tiene en cuenta el fundamento más fuerte que sustenta a la televisión y por la cual ésta existe, el negocio.
Hace unos cuantos años un multimedio levanto la noticia de un joven que se había encadenado a un árbol porque no podía vivir en ningún departamento junto a su querida oveja. Por supuesto, tal situación resulto ser una jodita de Tinelli, para el recordado programa “Fugitivos”. Este tipo de situaciones pone en duda la veracidad de los medios de comunicación y hace que uno comience a pensar seriamente en cual es el contenido que se le ofrece y a hacerse la siguiente pregunta. ¿Todo que se ve en la televisión es real?
Seguramente, muchos de los hechos y situaciones que vemos a diario, contengan un alto porcentaje de realidad o un aceptable valor agregado que le otorgue cierto grado de verosimilitud, pero otros, como el caso del joven con la oveja que mencionaba anteriormente, no lo son, por lo cual el suceso termina siendo un engaño, un simple fraude hacia él solicito espectador y los medios de comunicación que, ávidos de noticias sensacionalistas, se hacen eco de hechos de dudosa procedencia, sin chequear previamente la información y sin medir las futuras consecuencias.
¿Cuantas veces intentó realizar una llamada telefónica a algún Reality Show o programa de entretenimientos con el fin de anotarse? Muchas... ¿En cuantas de ellas ha tenido oportunidad de comunicarse o ser llamado por la producción? Pocas, por no decir ninguna. Teniendo en cuenta el gran flujo de llamadas que se producen en este tipo de programas, las posibilidades de que una misma persona sea elegida en dos o más eventos similares son prácticamente imposibles. Recuerdo otro caso sucedido también hace unos años atrás, en donde una de las protagonistas del ciclo de Telefe “El Gran hermano II” estuvo como competidor en el programa que emitía Canal 13 “Audacia” o otro integrante del mismo Reality Show, hizo lo imposible por salir airoso en el ciclo “Solos en la casa” también de canal 13.O estos jóvenes tienen mucha suerte o la selección de los participantes lleva impregnado un "tufillo" bastante extraño. ¿No será que hoy el negocio está en las líneas 0600 y el envío de SMS desde el celular y que a la gente la eligen mediante un minucioso casting implementado a través de una agencia de modelos?
¿Qué hay detrás de las supuestas peleas televisivas? ¿Serán reales o parte de show? Por suerte, estos últimos años hemos dejado de ver peleas en vivo y en directo como si fueran una trasmisión desde el Luna Park, tampoco, gracias Dios, se ven extraterrestres encapuchados dándonos consejos de como podemos mejorar nuestro bendito planeta. Se ve que la televisión está intentando cambiar su imagen y ha bajado un poco la intensidad en cuanto a ese tipo de programas, pero igualmente alguna que otra vez se despacha con situaciones que nos hacen pensar cual es el límite entre lo real y lo ficticio. ¿Alguien puede creerse los llantos de la Tota Santillán en el estudio de "Intrusos"? Creo, que ni "Doña Rosa", como decía el ya desaparecido Berny, se lo cree. El punto es, que parece existir un mecanismo psicológico por el cual a muchos nos gusta que nos mientan, siempre que esa mentira nos mueva nuestros más bajos instintos (Sharon Stone incluida) ¿O por que creen que los melodramas y culebrones tienen un alto grado de audiencia y son un éxito a nivel espectadores? Pues por eso, porque nos hacen llorar, sufrir, odiar, amar, aunque sepamos que lo que estamos viendo resulte irreal. Claro, que aquí estoy hablando de ficción y ese es otro tema, pues los códigos son otros, uno sabe que lo que esta viendo en su pantalla es “biógrafo”, puro cuento, digamos. El problema es cuando se pretende ficcionalizar la realidad para aprovecharse de esa necesidad masoquista que tiene el ser humano con fines comerciales.
Hay algunos intentos por querer demostrar que la televisión es transparente y que todo lo que allí se hace es claro como el agua. Lamentablemente, lo que no se dan cuenta quienes manejan los canales y las producciones, es que terminan siendo víctimas de su mismo veneno. La televisión entonces, se convierte así, en su propio verdugo al dejar al descubierto las maniobras de manipulación que los canales realizan con el único fin de subir el rating. En definitiva, se miente al espectador en aras de mantener un liderazgo, tan ficticio como lo que vemos en la pantalla.
Para cerrar, voy a parafrasear al periodista Argentino Luis Majul: “No creas todo lo ves u oís, incluso en esta nota, el espíritu critico es lo único que te va a salvar“
martes, 3 de febrero de 2009
Premios Goya
MEJOR PELÍCULA
"Camino" de Javier Fesser
MEJOR DIRECCIÓN
Javier Fesser, por "Camino"
MEJOR INTERPRETACIÓN FEMENINA PROTAGONISTA
Carme Elías, por "Camino"
MEJOR INTERPRETACIÓN MASCULINA PROTAGONISTA
Benicio del Toro, por "Che, el argentino" de Steven Soderbergh
MEJOR INTERPRETACIÓN FEMENINA DE REPARTO
Penélope Cruz, por "Vicky Cristina Barcelona" de Woody Allen
MEJOR INTERPRETACIÓN MASCULINA DE REPARTO
Jordi Dauder, por "Camino"
MEJOR PELÍCULA HISPANOAMERICANA
"La buena vida", de Andrés Wood (Chile)
MEJOR PELÍCULA EUROPEA
"4 meses, 3 semanas, 2 días", de Cristian Mungiu (Rumanía)
MEJOR DISEÑO DE VESTUARIO
Lala Huete, por "El Greco" de Yannis Smaragdis
MEJOR MÚSICA ORIGINAL
Roque Baños, por "Los crímenes de Oxford" de Alex de la Iglesia
MEJOR DIRECCIÓN ARTÍSTICA
Antxón Gómez, por "Che, el argentino"
MEJOR CORTOMETRAJE DE FICCIÓN
"Miente", de Isabel de Ocampo
MEJOR SONIDO
Daniel de Zayas, Jorge Marín y Maite Rivera, por "3 días" de F. Javier Gutiérrez
MEJOR MONTAJE
Alejandro Lázaro, por "Los crímenes de Oxford"
MEJOR GUIÓN ADAPTADO
Rafael Azcona y José Luis Cuerda, por "Los girasoles ciegos" de José Luis Cuerda
MEJOR CANCIÓN ORIGINAL
"A tientas", de "El truco del manco". Compositor: Woulfrank Zannou, Juan Manuel Montilla "Langui"
MEJOR MAQUILLAJE
José Quetglas, Nieves Sánchez y Mar Paradela, por Mortadelo y "Filemón: Misión salvar la Tierra" de Miguel Bardem
MEJOR ACTOR REVELACIÓN
Juan Manuel Montilla, por "El truco del manco"
MEJOR ACTRIZ REVELACIÓN
Nerea Camacho, por "Camino"
MEJOR CORTOMETRAJE DE ANIMACIÓN
"La increíble historia del hombre sin sombra", de José Esteban Alenda
MEJOR CORTOMETRAJE DOCUMENTAL
"Héroes. No hacen falta alas para volar", de Ángel Loza
MEJOR PELÍCULA DE ANIMACIÓN
"El lince perdido", de Raul Garcia y Manuel Sicilia
MEJORES EFECTOS ESPECIALES
Raúl Romanillos, Pau Costa, José Quetglas, Eduardo Díaz, Álex Grau y Chema Remacha, por "Mortadelo y Filemón: Misión salvar la Tierra"
MEJOR FOTOGRAFÍA
Paco Femenía, por "Sólo quiero caminar" de Agustín Díaz Yanes
MEJOR PELÍCULA DOCUMENTAL
"Bucarest, la memoria perdida", de Albert Solé
MEJOR DIRECCIÓN NOVEL
Santiago A. Zannou, por "El truco del manco"
MEJOR GUIÓN ORIGINAL
Javier Fesser, por "Camino"
MEJOR DIRECCIÓN DE PRODUCCIÓN
Rosa Romero, por "Los crímenes de Oxford"
GOYA DE HONOR
Jesús Franco
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