viernes, 14 de julio de 2017

Alptraum de Ana Piterbarg

LOS LABERINTOS DE ANDREAS


La directora argentina Ana Piterbarg vuelve ponerse detrás de cámaras después del muy interesante debut en el largometraje con"Todos tenemos un plan" y lo hace con una película totalmente distinta a todo lo hecho hasta ahora en su carrera como realizadora de television y cine.

"Alptraum", es una obra cinematográfica bien independiente, hecha en condiciones de producción muy inferiores a su primer trabajo, con actores casi desconocidos en su mayoría y con una historia que provoca en el espectador la necesidad de intervenir activamente en su lectura para intentar descifrar el mensaje, lo que demuestra el interés por parte de Piterbarg de alejarse, al menos por ahora, de ciertos esquemas comerciales habituales en el cine de industria.

"Alptraum", que en alemán quiere decir pesadilla, está inspirada en la leyenda nórdica y muy popularizada en Alemania de una monstruosa criatura surgida de los cuentos populares llamada Krampus, en alemán garra, que acosa con horribles pesadillas a aquellos niños que no se han portado bien y está relacionada con las vísperas navideñas, ya que su aparición ocurre en la tarde del 5 o 6 de diciembre. Tomando como base parte de esta leyenda la directora construye una historia onírica y laberíntica a través de la vida de Andreas, un actor y director de teatro que padece trastornos del sueño y que es acosado por reiteradas pesadillas en donde aparece una criatura mitifica más similar al Minotauro habitante del laberinto de Creta que al Krampus.

Lo interesante del filme es como Piterbarg juega constantemente con el espectador que por momentos no sabe si lo que esta viendo es real o es parte de sus pesadillas y ahí es donde aparece la teoría psicoanalítica sobre la interpretación de los sueños (1900) de Sigmund Freud según la cual los sueños son realizaciones disfrazadas de deseos reprimidos y la "censura" de los sueños producen una distorsión de su contenido. El deseo aparece disfrazado en el aspecto manifiesto del sueño, en lo efectivamente soñado, proceso denominado 'deformación onírica'. Es en esta deformación sueño -realidad en donde "Altraum" hace foco y no tanto en la leyenda del Krampus, la cual solo le sirve como excusa para poder hablarnos de aquello que sucede cuando una mente perturbada busca encontrar una salida a través de la explosión onírica.

Filmada en un rabioso blanco y negro, con toques expresionistas, con una banda de sonido impeccable construida en base a sonidos y no música y una trama que recuerda a los primeros filmes de David Lynch, en donde monstruos, teorías conspirativas, personajes extraños que desaparecen de un día para otro, como es el caso de Hanna la vecina y traductora de alemán, y la ausencia de una linealidad temporal hacen de "Alptraum" un filme distinto, hermético, por momentos incomprensible, pero por sobre todas las cosas laberíntico, como el laberinto en el que está encerrado Andreas y del cual no puede salir.

domingo, 9 de julio de 2017

Estigma de Rupert Wainwright

EL TERROR SIMBÓLICO 

"Estigma" es una de esas películas en las que el espectador disfruta de su visión más allá de las cuestiones propias de su trama, y es por su estética refinada, su buen uso del montaje y su acertada fotografía. En esto tiene un gran mérito el director Rupert Wainwrigth, quien logra una interesante alegoría sobre los ancestrales embates entre el bien y el mal, basándose en una puesta visual más que interesante.

En una línea que recuerda directamente a "El exorcista" de William Friedkin, "Estigma" es un mucho más simbólica que su antecesora y menos escatológica. Aquí no hay vómitos ni escupitajos verdes y pegajosos que trasmitan miedo o repulsión, el terror vuela alto y llega a los sentidos del espectador mediante símbolos. Wainwrigth, es muy hábil y se muestra como un estudioso conocedor del tema al introducir imágenes con connotaciones y referencias bíblicas como el uso reiterado del agua, las palomas blancas y la sangre. Estos emblemas son muy fuertes y cobran una dimensión plástica importante a lo largo del filme, el agua, como símbolo del diluvio, las palomas como la pureza del Mesías y la sangre como símbolo de inmolación y redención.

La historia tiene por ahí sus altibajos narrativos que se hacen más digeribles gracias la potencia de las imágenes y a las buenas interpretaciones de Patricia Arquette, ("Carretera perdida", "Ed Wood") en el rol de la atea que recibe del más allá los estigmas del título y Gabriel Byrne ("Los sospechosos de siempre", "El día final") en el papel del cura-científico que investiga el fenómeno, y el siempre sólido Jonathan Pryce, ("Brazil", "Carrignton", "Evita") aunque aquí su personaje del Cardenal Houseman no le cae bien por ser demasiado estereotipado.


Así, "Estigma" se convierte en un buen referente del terror moderno, con menos efectos que "El día final" pero mucho más contundente en su mensaje. Para los amantes del género, véanla porque no van a salir defraudados.

sábado, 8 de julio de 2017

Ecos mortales de David Koepp


Ecos que se repiten

"Ecos Mortales", el tercer largometraje como director del guionista David Koepp ("El efecto dominó" y "Suspicious") es un filme basado en la novela, del mismo título, de Richard Matheson, pero que ha tomado partes o ideas de otros filmes del género. Si bien la novela es de los años 50, la adaptación realizada por el propio Koepp salva los anacronismos de la época, y arma una trama de terror y suspenso más actual, nutriéndose de obras anteriores como "El resplandor" de Stanley Kubrick, "La escalera de Jacobo" de Adrían Lyne y "Sexto sentido" de M Night Shymalan. Así Koepp, logra darle al original de Matheson un cierto toque de actualidad que lo libera del tono oscuro característico de las novelas de terror de los años 50, pero que lo aleja de ser una obra personal y diferente. Con tantas referencias uno esperaba lo mejor, pero el director y guionista solo se queda en un producto comercial más.

Las actuaciones de Kevin Bacon y Kathryn Erbe trasmiten gran profesionalismo, aunque quien se lleva los laureles, como es común últimamente, es el niño Zachary David Cope, como Jake, el hijo con poderes extrasensoriales.

El filme se puede ver y seguir sin problemas, los rubros técnicos son impecables, pero no termina de disfrutarse en su totalidad porque es como ver una película de esas que uno ya vio varias veces, y por eso se pierde cierto interés. Las imágenes que logra Koepp son potentes y por momentos hacen que el espectador se olvide de todas esas similitudes, pero al final de los 98 minutos que dura la película, el resultado termina siendo el mismo de siempre, un producto del montón.

El coleccionista de huesos de Philip Noyce


Un coleccionista poco original 

Cuando uno empieza a ver una película de suspenso en donde la trama gira alrededor de un asesino serial, lo primero que trata es de imaginarse quien puede ser el mutilador de turno. Generalmente, y por esos misterios que tiene la industria cinematográfica de Hollywood, el asesino en cuestión resulta ser el que menos uno pensaba o intuía.

El coleccionista de huesos no escapa a estas reglas y es un fiel exponente de una serie de películas sobre serial killers en donde las motivaciones y fundamentos del psicópata pasan a un segundo plano, ya que lo que aquí importa es solamente entretener y asustar al espectador mediante una buena dosis de suspenso y escenas truculentas.

La historia básicamente es la misma, un asesino serial asola la ciudad de Manhattan, provocando una seguidilla de crímenes horrendos y dejando una larga lista de pistas en cada crimen al mejor estilo del Acertijo para que un investigador avezado y tenaz (Denzel Washington), aquí un detective cuadripléjico, y una novata compañera (Angelina Jolie) vayan descubriendo los próximos homicidios. 

Por supuesto, y como lo marca este tipo de filmes, nunca llegan a salvar la vida de las pobres víctimas que caen bajo los malignos, sádicos y horribles deseos de su matador para que el espectador se regocije con su sangre y las torturas a la que son sometidos.

"El coleccionista de huesos", intenta ser diferente de las demás, pero no lo logra al recurrir a viejos esquemas del género y a una iconografía y estética ya vistas en filmes anteriores que hicieron punta como "El silencio de los inocentes"  de Jonathan Demme o "Pecados Capitales"  de David Fincher Así el guión se vuelve anodino, con algunas buenas dosis de suspenso, sobre todo en los momentos de los crímenes, y un desenlace bastante "traído de los pelos".

El director Australiano Philip Noyce, ("Terror a Bordo", "Juegos de Patriotas", "Sliver"), apela a su buena formación y oficio para llevar adelante una trama que hace tanta agua como la que se ve en el film. Las actuaciones son sobrias, sobresaliendo la de Angelina Jolie, uno de los mejores personajes caracterizados. Para destacar, la excelente fotografía de Dean Senler, que rescata a la ciudad de Nueva York de noche con sus luces, dándole una expresividad a la imagen pocas veces vista.

La tormenta perfecta de Wolfgang Petersen


Una tormenta de entretenimiento

"La tormenta perfecta" es una de esas películas en las que uno sabe como va a terminar y sin embargo sigue atento el desarrollo de la trama hasta llegar al ya conocido desenlace. La historia, se centra en el pueblo pesquero de Gloucester y sus habitantes, seres anónimos, casi marginales, que luchan día a día contra el mar y sus enormes peces para llevar algo de dinero a su casa. Irremediablemente, son esclavos de su propio destino y el mar reclamará algún día sus vidas. Esa inexorable certeza también la conoce el espectador y es por eso que entre ambos comienza a formarse, lo que llamamos empatía A partir de allí, uno no se despegará de esos personajes y los acompañará hasta el final, como un familiar acompaña a un ser querido en su camino hacia la muerte.

Rostros curtidos por el sol y el frío, manos ajadas por el hielo, cabellos sucios y desgreñados, mujeres sin el glamour de las grandes ciudades, son el paradigma entre un mundo y otro, en donde la necesidad de llegar a casa con la bodega repleta de peces es la función principal de los hombres y contentarse con esperarlos, la de las esposas, madres o amantes.

El realizador alemán Wolfgang Petersen toma como base un hecho real ocurrido en el poblado de Goucester, Estados Unidos, en donde un grupo de pescadores, apremiados por una insuficiente pesca, se largan a bordo del barco pesquero Andrea Gail a los grandes bancos itícolas, sin saber que pronto estarán metidos dentro la peor tempestad del siglo, bautizada por los meteorólogos, como "la tormenta perfecta".

El capitán del Andrea Gail, Billy Tyne (George Clooney) es un obcecado marino, con un orgullo tan grande como los océanos por los que transita y una vez que toma una decisión, difícil se eche atrás. Todos lo seguirán, son hombres de mar, rudos, que no soportan ser humillados por su jefe Bob Brown (Michael Ironside) y están dispuestos a todo. Esta actitud de no querer ser maltratados por los del pueblo y la necesidad de no ceder la suculenta carga, sellará el destino del grupo. Este ambiente es magistralmente reconstruido por Petersen, quien con mano, maestra realiza una pintura verosímil y detallista de todo ese Universo.

El film pretende contarnos por un lado, la vida de estos pescadores y por otro todo que vivieron durante el infructuoso intento de ganarle a la furia de la naturaleza. La tecnología funciona de maravillas para las escenas de tormenta, están recreadas con pasmosa precisión, son tan reales que el espectador se siente marinero del Andrea Gail y lucha junto a ellos. Esto es un gran mérito del director, pero el fundamental logro, es el retrato de los personajes. Ayudan mucho las actuaciones de Clooney  y Mark Wahlberg  como Bobby Shatford, quienes componen, casi a la perfección, a un capitán, obcecado y mandón y el segundo, a un enamorado aprendiz de marino que sueña con volver junto a su amada Cristina (Diane Lane

Buen filme de Petersen que demuestra una vez mas su capacidad para combinar el entretenimiento con el drama mas terrible.

Yo dispare a Andy Warhol de Mary Harron

Por las mujeres

Continuando con mi búsqueda de películas inéditas les voy a comentar una que, seguramente, ya se ha convertido en un film de "culto" entre las mujeres. Se trata de "Yo le disparé a Andy Warhol" primer filme de largometraje de la Canadiense Mary Harron, quien dirigió "American Psycho", y cuyo tema se centra en el atentado sufrido a uno de los mayores exponentes del "Pop Art" americano, el artista y cineasta Andy Warhol (Jared Harris) a manos de Valerie Jean Solanas

El filme, escrito por la propia Harron en colaboración con Daniel Minahan toma como eje de partida este hecho y estructura la historia basándose en el personaje de Solanas, interpretado magistralmente por Lili Taylor ("Sueños de Arizona","Los cazachicas") para mostrarnos un mundo de bajezas, prostitución y miseria.

Valerie, es una joven lesbiana, graduada en Psicología, a la que le gusta escribir, pero que tiene la rebeldía típica de los años 60 en su sangre. Sus ideas, un tanto revolucionarias para la época, plantean las diferencias entre hombres y mujeres desde un punto de vista "feminista". Para Valerie, las mujeres representan lo fundante, la razón de ser del individuo y por eso escribe lo que ella denomina el SCUM o manifiesto, en donde deja sentada su posición sobre el machismo imperante en la sociedad americana de su época. Esto la lleva a vivir una vida al límite, que va desde la limosna a cambio de alguna mala palabra, o la prostitución por el alquiler de un cuarto donde dormir o el almuerzo para saciar su hambre.

En este deambular conoce Candy Darling un travesti con el que se va a vivir y a un editor francés de autores revolucionarios como William S. Burroughs (Almuerzo desnudo) o Vladimir Navokov (Lolita), llamado Maurice Girodias (Lothaire Bluteau) quien se interesa por ella y la tienta a firmar un contrato para que escriba una novela. Como Valerie necesita dinero acepta y firma un convenio que la obliga a escribir dos novelas. El tiempo pasa y ella no escribe nada, sólo quiere que le publiquen su manifiesto.

Un día acompaña a su amiga travesti a una audición y ahí se relaciona con Andy Warhol, quien por ese entonces dirigía uno de sus filmes, junto a su amigo y también director de culto Paul Morrisey (Reg Rogers). Entusiasmada con Warhol, decide escribir un guión para que él lo dirija titulado "En tu culo". Luego de varios intentos logra que Andy lea el guión, pero por ser demasiado obsceno es rechazado. A cambio le da un papel en la película y una paga de 25 dólares.

La relación entre Solanas y Warhol se ve cada vez mas deteriorada, debido a los constantes reclamos de Valerie para recuperar su guión, esto sumado a la presión ejercida por Girodias para que escriba las novelas, su propia inestabilidad emocional y su carácter violento hacen que todo termine con los disparos del título.

"Tuve que hacerlo- dice Valerie frente a los periodistas- él estaba manejando mi vida, se quería quedar con mis escritos" 

Mary Harron construye su relato de manera no lineal, con una gran estructura en Flasback, mostrándonos los detalles a través de pequeños quiebres en el tiempo. Su manera de narrar es original y su visión del mundo de los sesenta y setenta es más que acertada. Los ambientes cargados de opio, marihuana y LSD, iluminados magistralmente en tonalidades rojizas con características psicodélicas son un verdadero hallazgo. El sub- mundo ominoso y voraz por donde transita Valerie está plasmado con crudo realismo por la cámara de Harron al igual que las escenas de sexo y eso le da una verosimilitud muy fuerte a la hora de connotar.

Lamentablemente, la película pierde fuerza y algo de interés por la morosidad de algunas escenas y ciertos diálogos demasiado aburridos.

La directora intenta acercarse a un hecho histórico, a una época convulsionada y a un ser humano mentalmente perturbado que luchó por la identidad de las mujeres.

La hija de la luz de Chuck Russell

El mesías que bajó en Nueva York

Con la llegada del nuevo Milenio, la idea del fin del mundo y el enfrentamiento entre el bien y el mal, se puso de moda. Películas como "Estigma", "El juicio final" o el "El exorcista" con escenas nunca vistas, son una muestra de la idea que Hollywood tenía por esos tiempos.

Es el caso de "La hija de la luz" un filme que comienza de manera interesante, y que termina en un producto más del género. Las obviedades son muchas y los lugares comunes abundan de manera sorprendente.

La historia, que toma como base la novela de Cathy Cash Spellman, se podría resumir así. Una mujer, llamada Maggie O´Connors (Kin Basinger) debe hacerse cargo de su sobrina, de nombre Cody (Holliston Coleman) desde que su drogadicta hermana Jenna, (Angela Bettis) la abandona en su propia casa.

Así Maggie, que es una mujer madura, soltera y que trabaja como enfermera en un hospital, se encuentra, de un día para el otro, con una niña que cuidar y defender. A esto se le suma que la pequeña tiene problemas de socialización con el medio, lo que la hace una niña muy especial. Cody rápidamente toca el corazón de Maggie y se convierte en la hija que siempre había querido.

Su custodia se ve amenazada cuando, luego de 6 años, y en medio de una serie de extraños asesinatos de niños, Jenna regresa a buscarla junto a su flamante y acaudalado esposo, Erik Stark (Rufus Sewell) líder de un movimiento religioso del tipo "New Age". Los dos, raptan y se llevan a Cody.

En una oportunidad, conoce en el hospital a Cheri (Cristina Ricci) una ex miembro de la secta, quien le advierte del lugar en donde la tienen escondida. Con la ayuda del agente del FBI John Travis (Jimmy Smits), ex seminarista y experto en crímenes relacionados con lo oculto, salen en su búsqueda. Y hasta aquí cuento.

El Filme usa algunos simbolismos como el de la tentación de Satanás a Jesús, y el hecho histórico de la matanza de niños inocentes a manos de Herodes, pero tales alusiones no alcanzan la profundidad simbólica de "Estigma", el filme protagonizado por Patricia Arquette.

Mace Neufeld, productor del filme, le confió la dirección de la película de Chuck Rusell, un avezado realizador de filmes como "La máscara" o "El protector". Russell, hace agua y no sale de los convencionalismos del género, ya que su visión del mundo ominoso del diablo, se termina convirtiendo en un mero entretenimiento, con algunos efectos digitales de buena factura técnica, pero de innecesaria inclusión dramática.

El  filme se sostiene hasta los primeros 45 minutos iniciales  gracias a un suspenso que va creciendo en interés, pero a partir de la segunda mitad, la historia se diluye y todo termina con un final banal cargado de un intenso lirismo religioso.

Así y todo se puede ver sin inconvenientes, y esto es por su prolijidad y solvencia narrativa, pero al no tener la profundidad simbólica necesaria en este tipo de trama, hace que uno  se olvide de lo visto en apenas unos minutos. Una lastima.


El protegido de M. Night Shyamalan

Un irrompible de carne y hueso

"El protegido", segundo filme del director indio M. Nigth Shyamalan y el cuarto dentro de su carrera, es uno de esos filmes que se puede catalogar como atípico. No es una película convencional, aunque no se aleja de ser un producto de la industria, Shyamalan pone su indiscutible sello personal y crea una historia entre fantástica y cotidiana, basándose en la mítica idea del héroe que no sabe su destino.

David Dunn (Bruce Willis) es un anodino empleado de seguridad en un estadio de fútbol americano, con una vida aburrida y un matrimonio en crisis. Su mundo, no va más allá de los convencionalismos de una familia tipo Americana, hasta que un día descubre que es el único sobreviviente de un trágico accidente ferroviario.
A partir de allí, su tranquila vida da un inesperado giro hacia una reflexión filosófica sobre la existencia humana y la posibilidad de no ser lo que uno piensa o cree que es.

Para eso, aparecerá en su camino un extraño personaje, Elijah Price,(Samuel L. Jackson) quien le ira dando pautas sobre su inevitable realidad.
Price, es una persona enferma, que padece de una enfermedad genética en los huesos llamada "Osteogénesis" y que le provoca múltiples quebraduras en todo el cuerpo. Esta terrible enfermedad lleva a Price a pensar que si en el mundo existe una persona como él, tan frágil y vulnerable, bien puede existir su opuesto, alguien verdaderamente irrompible.

La película de Shyamalan, bucea en la eterna lucha del héroe por saber su identidad. Tal como sucedía en X Men con "Volverine", Dunn debe entender su condición de ser diferente y conocer su misión sobre la tierra para empezar a cambiar su rutina, de hasta ese entonces, un hombre común.
En el estilo narrativo y visual del "Sexto sentido" "El protegido" se adentra en un mundo de historieta y de revelaciones, para hacernos ver el lugar que cada ser humano ocupa, dentro de la inmensa cadena de la vida, y cuales son sus responsabilidades para con ella.
El final, tiene una resolución bastante extraña que dejará a más de uno con la boca abierta, no por tener una construcción de guión acertada como en el "Sexto sentido" sino por ser tan atípico como la película en sí.

Los amantes de la historieta, la van a gozar de punta a punta y los que no también.