domingo, 8 de noviembre de 2015

Spectre de Sam Mendes

Un Bond en decadencia


Las películas de James Bond siempre me han fascinado. Desde chico cada vez que salía algún filme inspirado en 007 el personaje creado por Ian Fleming allá por la década del 50 en plena guerra fría, corría al cine a verla. Desde Sean Connery, pasando por George Lazenby, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan hasta Daniel Craig, el agente secreto británico con licencia para matar no ha parado de tener misiones cada vez más sofisticadas y peligrosas. "007 contra el  Dr No" de Terence Young (1962) fue la que abrió el camino para llegar a "Spectre" de Sam Mendes (2015), la última de las entregas. En esos más de 50 años se hicieron muchas historias basadas en la novelas de Fleming, pero con el tiempo fueron quedando desactualizadas, ya que los conflictos internacionales variaron y el "eje del mal" se corrió de Rusia hacia Latinoamérica, Corea y finalmente a conflictos dentro del mismo Reino Unido. En "Spectre", el mal está dentro del mismo servicio secreto a través de una organización conformada por varios villanos del pasado y que incluye la vigilancia y el control de todos los agentes.

Sam Mendes es un gran director y lo demuestra con el plano secuencia del inicio en la ciudad de México en pleno festejo del día de los muertos, perfectamente coreografiado, con entradas y salidas de personajes enmascarados y una cámara móvil que no deja de seguir la acción la cual es cada vez más trepidante. Lo que viene después no tiene nada que ver con ese magnífico comienzo y "Spectre" entra en un producto vulgar, plagado de errores de guión, de continuidad y lleno de resoluciones tan simples y remanidas como la clásica de que la pistola no tiene balas porque el otro se las sacó antes y encima se las muestra abriendo su mano.

Si bien  el filme entretiene y las 2 horas 30 no se hacen  eternas, toda la trama alude al Bond de los 70, 80 y 90, en donde las situaciones excedían cualquier lógica. Armas que siempre tienen balas, cambios de vestuario en largos viajes a través del desierto,  destrozos donde nadie aparece para poner orden como la escena del tren en donde  Bond pelea con el enorme Hinx (Dave Bautista), un homenaje a los filmes "La espía que me amó" (Lewis Gilbert 1977) y "Mooraker" (Lewis Gilbert 1979)  en donde el Bond que interpretaba Roger Moore se enfrentaba en un tren con Mandíbulas, un gigante Ruso interpretado por el actor Richard Kiel. El filme en sí es totalmente autorreferencial desde  tener un personaje llamado M (Ralph Fiennes) igual que en "De Rusia con amor" (Terence Young 1963) hasta intentar cerrar los tres filmes anteriores que hizo Graig "Casino Royale" (Martin Campbell 2006), "Quantum of Solace" (Marc Forster 2008) y "Skyfall" ( Sam Mendes 2012)

Para terminar, "Spectre" es muy inferior  a "Skyfall" , falta química entre  Graig y Lea Seydoux y el papel de Christoph Waltz nunca termina de encajar. Da la idea que "Spectre" se hizo para dar por terminada la etapa de Daniel Graig al frente del personaje, aunque revisando en IMDB se rumorea que el actor va a estar en la próxima entrega "Bond 25"  también al parecer bajo las órdenes de Mendes. Habrá que esperar.

domingo, 26 de abril de 2015

Upstream color de Shane Carruth

El color de los sentidos

Que puedo decir de "Upsteam color", segundo filme de Shane Carruth, que después de su original "Primer" vuelve con una película extremadamente compleja y con múltiples lecturas. En realidad podría escribir largos párrafos y difícilmente llegue a una conclusión exacta de los que el filme significa, es que a Carruth, no le interesa tener una conclusión final, sino por el contrario, dejar abiertos interrogantes sobre algunos temas de la condición humana para que el espectador de paladar negro disfrute de noventa minutos a puro cine mientras ejercita su cerebro. Porque en definitiva "Upstream color" no es otra cosa que un ejercicio mental e intelectual, que se construye en la cabeza de quien se dispone a verla.

Carruth es sumamente inteligente en el armado del relato, que por supuesto no sigue una lógica narrativa tradicional, que se muestra complemente alterado temporalmente y que apuesta a una narración más bien sincopada y ecléctica.  Lo que importa no es tanto el contenido narrativo sino lo que esta debajo, eso que lingüistas como Roman Jacobson definían como metalenguaje. En ese entramado de mensajes subterráneos, Carruth construye un filme subyugante, interpelador y por momentos ambicioso, en donde las relaciones humanas, la trascendencia del alma y los encuentros predestinados se vislumbran como pilares sustentatorios. También la banda sonora es un aspecto fundamental para amalgamar un relato complejo y para crear los climas necesarios, sin los cuales el filme perdería parte de su potencia.

Es dificil resumir la historia, pero podría verse de esta manera. Kris (Amy Siemetz)  es victima de un delincuente que utiliza unos gusanos únicos que crecen en una planta muy particular y que al ser ingeridos por las personas desprenden una potente droga que hace que la victima pierda todo control de si misma y se vea completamente  dominada a merced de su secuestrador, quien le quita todo su dinero mediante la firma de cheques. Una vez pasado el efecto de la droga, el gusano sigue creciendo dentro del cuerpo de Kris, quien intenta quitárselo abriendo su carne sin obtener resultados. Un misterioso criador de cerdos y técnico en grabación de sonidos    será quien le estirpe el gusano mediante una  extraña operación en donde parte de la piel de uno de sus cerdos es colocada sobre las heridas de Kris. A partir de allí ambos estarán conectados de por vida. Kris conocerá a Jeff ( Shane Carruth) quien intuimos, paso por la misma situación que Kris. A partir de ese encuentro sus vidas se entrelazan junto con los cerdos y el granjero quien parece tener el poder de un Dios.  

Contar más sería atentar contra el filme, pues de ahí en adelante es donde todo se vuelve más complejo y por momentos repetitivo, empiezan a escasear los diálogos y todo se va hilando hacia un final que de alguna manera cierra la historia.

"Upstream color" no es una película fácil, ni comercial, es un filme que exige una importante participación del espectador para entenderla, aunque sea en un sentido más simbólico, y que nos invita a reflexionar sobre muchos temas  que hacen a nuestra especie y otros que trascienden más allá de cualquier frontera, en donde religión y ciencia se fusionan. 

"El juego de Ender" de Gavin Hood

Juego anti bélico 

Las películas sobre entrenamiento militar en academias del ejército me tienen un poco harto, desde "Reto al destino" de Taylor Hackford, el cine  sobre militares rudos y soldados que hacen un esfuerzo sobre humano por vencer sus miedos y lograr su meta, es moneda corriente. Últimamente, y desde  "Alien, el regreso" de James Cameron "Starship Troopers" de Paul Verhoeven,  el cine sobre militares que se entrenan con un loable fin, se ha traslado a la ciencia ficción. Es el caso del filme "El juego de Ender", película basada en la novela de Orson Scott Card, en donde Ender, un adolescente es puesto a prueba al máximo de  sus posibilidades físicas y mentales con el propósito de convertirse en el nuevo líder militar  que deberá enfrentar a los "Formis" una raza extraterrestre con forma de hormigas y evitar así una nueva invasión. Hasta ahí nada nuevo. 

¿Pero que es lo que diferencia a  "El juego de Ender" de otros filmes como "Después de la tierra" de M. Night Shyamalan  y la misma "Starship Troopers"  en primer lugar el concepto visual que es verdaderamente asombroso y en segundo lugar es el mensaje final del filme, porque en el fondo, la historia es totalmente anti bélica y se muestra muy crítica sobre la formación de soldados y su accionar ante el enemigo. Eso solo hace que "El juego de Ender" se destaque de los otros filmes y no se termine convirtiendo en un producto más pro militar.

El sudafricano Gavin Hood, realiza un trabajo perfecto al ensamblar las escenas digitales con las que no lo son,  y eso hace que sobresalga de filmes similares. Las interpretaciones son adecuadas, pero se destaca la del jovencito  Asa Buterfield en el papel de Ender Wiggin  quien realiza una interpretación a la medida del personaje. Por  su lado Harrison Ford en el rol del Coronel Graff, se muestra sólido, aunque algo estereotipado. En un papel pequeño pero importante aparece Ben Kingsley como el mayor Mazer Rackham.

Sin ser una gran película, "El juego de Ender" resulta un buen entretenimiento que además, trae escondido un mensaje sobre lo que significan las guerras y los exterminios masivos. Para pensar y reflexionar.

domingo, 5 de abril de 2015

"El violinista del diablo" de Bernard Rose

Música del infierno



El director británico Bernard Rose vuelve otra vez a meterse en el mundo de la música como ya lo había hecho en 1994 con "La amada inmortal" sobre la vida de Ludwig van Beethoven y su relación con Joséphine von Brunsvick y esta vez eligió a otro controvertido personaje de la música clásica como fue Niccolo Paganini, mas conocido como el violinista del diablo.


Paganinni fue uno de los más eximios violinistas de la época, e incluso de la historia. Su habilidad para tocar el violín y sus composiciones fueron consideradas revolucionarias y hasta en muchos casos incomprendidas. Su fama y sus espectáculos con fuego llevaron a que se tejiera en torno a él la leyenda de que había hecho un pacto con el diablo, al punto de que al momento de su muerte el 27 de mayo de 1840 en Niza, el arzobispo de esa ciudad no le permitió ser enterrado en tierra santa y tuvo que permanecer en un sótano durante un largo período.

Tomando está  parte de la vida de Niccolo Paganini (David Garrett)  Bernard Rose, construye un relato autobiográfico con toques sobrenaturales, en especial alrededor de la figura de Urbani (Jared Harris) un extraño personaje que irrumpe en la vida del músico en el peor momento de su carrera artística. Su música era descalificada y sus actuaciones, en lugares de bajo nivel, eran motivo de burlas y descrédito. Urbani propone a Paganini hacer de él un músico famoso a cambio de nada en particular, cosa que hace que acepte su propuesta. A partir  de allí la vida del díscolo Niccolo, cambia radicalmente y su fama y reconocimiento llegan a niveles casi comparados con un "rock star" moderno. Italia y Francia ya habían sido conquistados y solo quedaba Inglaterra, lugar al que viajan gracias al empeño de un productor teatral llamado John Watson (Christian McKay)

El filme, refleja la personalidad cambiante, impredecible y libertina del músico y lo hace de una manera simple y directa, sin eufemismos ni posicionamiento, tanto a favor como en contra, pero siempre dejando abierta la puerta entre el mundo terrenal y el mundo sobrenatural. Esto se ve claramente en el personaje de Urbani  que es sumamente extraño y constantemente está generando la duda en el espectador sobre si es o no el diablo. En un momento del filme Paganini y Urbani discuten sobre cuestiones artísticas y este último le dice "yo no soy el diablo, el diablo es usted maestro, yo soy su sirviente" sembrando más dudas aún.

Llama la atención la elección de David Garrett en el papel de Niccolo Paganini, ya que no es actor, sino un reconocido violinista de la actualidad, y eso se  nota en la actuación, que es dura y acartonada, algo que desentona con el resto del elenco que si son reconocidos actores.

Con una excelente banda musical que revive los sonetos creados por Niccolo Paganini, incluida la interpretación de algunas de sus arias  "El violinista del diablo" es un filme que nos acerca a la convulsionada vida de este genio de la música y a la vez nos abre una mirada sobre el mito en torno a su destreza y talento, algo que hoy parece  muy común pero que en aquellas épocas era cosa de mandinga.


viernes, 3 de abril de 2015

Antiviral de Brandon Cronomberg

El virus de la fama

"La fama enferma como un virus"

"Antiviral" es la primera película como director de Brandon Cronenberg, hijo del reconocido director canadiense David Cronomnberg y en ella uno puede observar claramente la influencia de su padre, en especial aquella de sus primeros filmes como "Rabia", "Videodrome", "Festín desnudo" y "eXistenZ"

En "Antiviral" Cronenberg hijo demuestra que puede seguir los pasos de su padre e ir un paso más allá al intentar presentar una trama cuya complejidad argumental excede a los filmes de su padre. 

Brandon intenta meterse con el complejo mundo de los virus para mezclarlo con otro ámbito, quizá peor que el de las enfermedades, como es el de las celebridades mediáticas y su rutilante fama. El filme nos lleva a un mundo futuro en donde los fans de distintas celebridades, siempre mujeres, algo extraño y que no termina de explicarse,  compran a clínicas dedicadas a este tipo de mercadeo (La clínica Lucas) cepas de enfermedades que estas tuvieron, para enfermarse y sentir o padecer lo mismo que su venerada estrella. Uno de los técnicos de laboratorio que  se encargan de inyectar a los pacientes es adicto a estos virus incubados en famosos, lo que lo lleva a auto inyectarse, algo que terminará arrastrándolo por un turbulento camino de pesadilla del que no saldrá tan fácilmente.

El planteo que realiza Brandon Cronenberg es sumamente interesante y el imaginario que crea es realmente opresivo y perturbador, porque bajo esa extraña pero pequeña historia entre ciencia ficción y terror hay una serie de complejos mensajes escondidos que son el subtexto que le dan entidad al filme. Temas como el hedonismo, el fanatismo, la drogadicción y los secretos y oscuros manejos de la industria farmacéutica y médica y el robo de patentes, son los más sobresalientes, pero también encontramos una dura crítica al futuro próximo, a la publicidad y la necesidad de trascendencia.

Con un estilo bastante retorcido, que mezcla el "gore", el canibalismo, el vampirismo y   la ciencia ficción, "Antiviral", se muestra como un filme provocador y pretencioso que no logra el equilibrio necesario para convertirse en un filme trascendente, en especial en la mitad, donde se vuelve algo reiterativo y parece no avanzar dramáticamente. Por momentos, esa multiplicidad de conceptos que intenta exponer se tornan bastantes confusos para un espectador poco avezado. Con todo esto, "Antiviral" no deja  de ser un producto cinematográfico más que interesante. Recordemos que la película se alzó con  el premio al mejor filme  en el festival de Sitges  y a la mejor opera prima en el festival de Toronto y fue muy bien recibida en el festival de Cannes en la sección "Un Certain Regard".

Brandon Cronenberg es muy joven y con mucho camino por recorrer. Tiene la dificil tarea de llevar la mochila del estilo de su padre, algo que no podemos saber  a esta altura si puede resultarle una carga o no. Lo bueno es que se ve en él, un intento de abrirse camino por si solo y alejarse de la pesada figura paterna, aunque aquí, se vea  muy poco. Habrá que darle  tiempo y ver sus próximos filmes.



jueves, 5 de marzo de 2015

"Borgman" de Alex van Warmerdam

El extraño señor Borgman

"Borgman" de Alex van Warmerdam es un filme que la verdad te deja sorprendido por lo extraño que es en varios aspectos. Por un lado su deliberada ambigüedad, por otro su intento por encajar dentro de la comedia negra, algo que hace a medias y por último, por su manifiesta perversión imbuida de un halo de cierto misticismo con toques sobrenaturales.

El filme me recordó a "Teorema" de Pier Paolo Pasolini y a "El grito" de Jerzy Skolimowsky, dos filme en donde la intromisión de un desconocido lleva al matrimonio invadido a lugares oscuros y siniestros. Camile Borgman (nombre del personaje) trae consigo el encanto del "el visitante" de "Teorema", interpretado por Terence Stamp y la violencia contenida de Crossley, el personaje que interpretó Alan Bates en el filme de Skolimowsky.

Sin ser ni uno ni otro, Borgman camina en esa dualidad de mostrarse como un sin techo pero a la vez sumamente refinado. Indefinido sexualmente, que coquetea pero que no concreta y que tiene el poder de manipular las mentes a través de los sueños. Borgman viene a ocupar el lugar de lo que incomoda, de aquello de lo que no se habla, de eso que no es correcto y que de alguna manera aflora desde lo más profundo del inconsciente.

Croosley tenía el poder del grito para dominar, el visitante de "Teorema" lo hacía a través de sus poder de seducción y de su ambigüedad sexual, Borgman lo hace desde la caridad ajena, al pedir un poco de agua para darse una ducha y comida, algo difícil de negar para un pobre barbudo sin hogar. Así es como ingresa en la vida de sus víctimas para, de a poco, tomar el control de la casa y sus habitantes junto a sus acólitos. Con la paciencia de un Lama Camile Borgman y sus cómplices van separando el núcleo familiar hasta terminar en el asesinato.

Surrealista, oscura, siniestra y por momentos inentendible, "Borgman" constituye un filme único que merece ser visto. Algunos críticos la han comparado con "Funny games" de Michael Heneke o con "Dogtooth" de Yorgos Lanthimos, yo la veo más cercana a los dos filmes que mencione primero, aunque debo reconocer que la influencia de Haneke es clara.

Un dato, el filme le ganó la pulseada a "Holy motors" de Leos Carax en el festival de cine fantástico y terror de Sitges, España y se alzó con el primer premio.

Solo para aquellos que les gusta el buen cine, ese que no siempre te deja todo servido.