domingo, 25 de julio de 2010

Temple Grandin de Mick Jackson

Abrazos negados
 
Cuando a finales de los años 80 el director Barry Levinson presentaba su película "Rain man" muchos comenzamos a descubrir el término austismo, hasta ese momento prácticamente desconocido. Para esa época era poco lo que se sabía acerca de esta disfuncionalidad de la conducta que se inicia en los primeros años de vida  y hasta la actualidad no presenta cura. Fue gracias al filme de Levinson y a una magistral interpretación de Dustin Hoffman en el papel de Raymond Babbitt, que tuvimos conocimiento de lo que significa ser una persona autista y cuales son sus virtudes y limitaciones. Hoy, después más de veinte años del estreno del filme, el autismo sigue siendo una enfermedad neurobiológica que afecta a gran cantidad de niños y cuyas causas aún se discuten dentro del ambiente científico y académico.

Ahora, el veterano director Mick Jackson ("El gurdaespaldas") vuelve sobre el tema con el caso real de Temple Grandin, una joven que a los cuatro años fue diagnosticada con autismo y que gracias a los esfuerzos de su madre y  a sus habilidades especiales, logro superar las barreras de la enfermedad, pero también las de la sociedad, que muchas veces, y más en aquel tiempo, la historia sucede en la década del 60, veía a este tipo de personas como "freek".

Desde joven Temple se mostró como una adolescente inquieta y con habilidades para todo lo que es el diseño mecánico y comenzó a tener un particular afecto por los animales, en especial por el ganado bobino, al cual le dedico prácticamente su vida. La  historia de Temple Grandin es una verdadera demostración de que ser autista significa ser distinto pero no inferior. Su esfuerzo por querer ser una persona normal e integrada  en el contexto social de su época, la llevo a recibir un título Universitario y a tener un doctorado en ciencia animal.

La verdadera Temple Grandin junto a la actriz Claire Danes
Temple ve el mundo en base a imagenes mentales, las cuales se acumulan en su memoria y se propagan por su cerebro en una sucesión de flashes. Así como Raymond Babbitt, podía hacer complicados cálculos matemáticos en solo segundos o recordar fechas y sucesos acaecidos hace años, Temple Grandin puede guardar en su mente, al igual que un scanner, todo lo que observan sus ojos. Pero Temple tiene una necesidad de afecto insatisfecha, uno de los factores que se presume, puede ser la causa del autismo, lo que la lleva a construir "la maquina de los abrazos", un aparato mecánico en el cual ella se mete cada vez que su mundo se ve amenazado y que copio de un modelo similar usado para inmovilizar al ganado cuando se lo vacuna.

Además de conocer la extraordinaria historia de la verdadera Temple Grandin, lo fantástico del filme, que fue hecho solo para televisión, es la dirección de Mick Jackson, quien logra introducirnos en el mundo de Temple de manera muy creativa, utilizando sobre impresiones de gráficos con cálculos geométricos, imágenes en blanco y negro y las recreaciones de lo que Temple se imagina ante cada descubrimiento, como las puertas que se abren ante los  nuevos desafíos que se le presentan. Estos recursos narrativos empleados por Jackson son verdaderos hallazgos y hacen del filme un producto que se distingue del resto.

Por último se podría decir que la interpertación de Claire Danes como Temple Grandin, es la versión femenina de  Dustin Hoffman en "Rain man", demostrando que ya no es la cara bonita de "Romeo y Julieta" y que ha madurado como actriz.
Un filme para disfrutar y conocer la fantástica  vida de Temple Grandin.

sábado, 17 de julio de 2010

Bailando por un sueño

El diván de los famosos

Los famosos están decididos a no gastar más un peso en largas y costosas sesiones de psicología y cada vez que quieren expresar algo que les molesta o que les revuelve la bilis ya saben que en el programa "Bailando por un sueño" que conduce Marcelo Tinelli tienen un lugar donde poder expresarse y descargar las pulsiones negativas que el mundillo de la televisión les ha ido acumulando con el tiempo. Así, broncas, recelos, amores no correspondidos, envidias, celos profesionales y otras motivaciones humanas son expuestas sin tapujos en el programa, al mejor estilo Talk show. Nada mejor que decir  lo que uno siente en la cara del otro, nada mejor que hacer público los "mambos" psicológicos para intentar dejar atrás los bajones anímicos y desparramar por el escenario meses de furia contenida. Todo es válido a la hora de hacer terapia y nadie se quiere perder el privilegio de ser parte de ese gran diván, de esa concurrida terapia grupal, que al mejor estilo de las comunidades terapéuticas que alguna vez implementara el Dr Caminos, se les brinda sin costo alguno.

Millones de espectadores asisten cada día al  feroz espectáculo y son parte del evento psicológico más grande que se haya televisado. En cada  emisión van conociendo las distintas personalidades de los famosos que transitan por el estudio. Así, con cada pelea, reproche o llanto que se muestra, van aflorando las diversas patologías mentales  de los concursantes y del jurado. Psicosis, depresión, bipolaridad, manías obsesivas y angustias son algunas de las que se pueden ver en cada una de las emisiones. El programa más visto de la televisión argentina se ha convertido en un espejo de pasiones contenidas, en una circense exposición mediática de los "quilombos" que cargan los famosos y como a la mayoría de la gente que consume este tipo de programas le gusta nutrirse de una gran variedad de bajezas humanas antes que de un buen libro o una buena película, el éxito está garantizado.  En fin, así esta nuestra  televisión. 
¡Bienvenidos al diván de los famosos, pasen vean y escuchen y si quieren, hagan terapia también!

domingo, 4 de julio de 2010

El solista de Joe Wright

Sonata para un loco
La ezquizofrenia es un tema que ha dado alguna tela para cortar dentro de la industria cinematográfica, muchas han sido las películas que han tomado a esta enfermedad mental como eje para sus historias o para crear sus personajes. En "El solista", el director Joe Wright tomo como referente el caso de Nathaniel Ayers (Jamie Foxx) un vagabundo que es un verdadero virtuoso con el chelo y que debido a su condición mental no puede insertarse socialmente. El caso fue seguido por el periodista Steve López, (Robert Downey Jr.) quien conoce ocacionalmente a Ayers e inmediatamente se siente atraído por su  particular historia de vida. Su primera  intensión es realizarle una nota para el periódico en donde escribe, pero a medida que lo va conociendo en profundidad, la relación comienza a cambiar y López se ve casi obligado a ayudarlo para recuperar su salud mental. Pero Ayers es un ser esquivo, solitario y emocionalmente inestable, llegando incluso en algunos momentos a la violencia. Por más que López intente hacer algo, todos los intentos por ayudarlo se verán frustrados.

El filme es verdaderamente conmovedor, con momentos de una sutileza únicos, con un uso perfecto de la música y un impecable trabajo de la banda sonora, que por momentos resume todo ese mundo caótico en el que vive Ayers. El filme también aprovecha para dejar expuesto la difícil situación por las que transitan los marginados en Estados Unidos y plantea además, si uno debe entrometerse en la vida de un enfermo mental para intentar modificar su forma de vivir, una manera de transitar la vida en donde la libertad individual  resulta ser un valor inalienable.

Con imagenes de gran belleza y muchos planos aéreos, Wright consigue un filme sobrio y exquisito que nos acerca a la vida de este personaje real, magistralmente interpretado por Jamie Foxx, y nos obliga a reflexionar sobre cual es la línea que divide la locura de la cordura.