domingo, 5 de julio de 2009

Sentencia de muerte de James Wan


Descenso a los infiernos

"Sentencia de muerte" es un espectacular filme del director de "Saw" James Wan que sin grandes pretensiones, propone dos horas a pura adrenalina y pone al espectador al borde del paro cardíaco. La historia, basada en la novela del escritor Brian Garfield, se centra en Nick Hume (Kevin Bacon) vicepresidente de una importante compañía de seguros cuya vida es perfecta, tiene una hermosa esposa llamada Helen (Kelly Preston)y dos hijos adolescentes, Brendan (Stuart Lafferty) y Lucas (Jordan Garrett). Su situación económica es más que holgada, vive en una fabulosa mansión, usa un auto importado y representa el ideal de familia americana de clase media alta.

Pero su idílica vida va a dar un giro drástico y sin retorno cuando Bendan, su hijo mayor y modelo de joven perfecto, es asesinado en una gasolinera por Joe Darley (Matt O'Leary) un nuevo miembro de una pandilla, en un rito de iniciación que incluye el asesinato al azar de una persona para ser aceptado dentro de la banda. Nick, que se encontraba cargando combustible, ve el hecho y logra derribar al agresor de su hijo y verle la cara, el joven pandillero intenta escapar pero es atropellado por un auto y finalmente es detenido. Como Nick es el único testigo del hecho, el dueño de la gasolinera fue también asesinado, lo máximo que le pueden dar de condena son tres años, por lo que en el juicio, Nick decide no reconocerlo, de esta manera el joven sale en libertad y Nick puede hacer justicia por mano propia. Terrible error.

A partir de aquí, Nick Hume comenzara a hundirse cada vez más hasta llegar a un punto en donde su vida de sueños es totalmente destrozada por el odio y la venganza. Nick pagara caro haber matado a Joe, pues su hermano Billy Darley (Garrett Hedlund)no parara hasta verlo completamente arruinado. Lo interesante es que en realidad es Nick quien termina por derrumbar todo lo que había construido alrededor su familia y su trabajo al querer compensar la balanza matando a Joe.

El filme, magistralmente dirigido por Wan, resulta un entretenimiento de alto vuelo, en donde la tensión aumenta con cada nueva escena y uno sufre con el paulatino descenso de Nick hacia el peor de los infiernos. Es impactante la trasformación del personaje, como pasa de ser un hombre de negocios exitoso a un criminal más. En ese sentido, es perfecta la frase del final cuando Nick, luego de liquidar a todos los miembros de la pandilla, se enfrenta a Billy Darley y tiene una breve conversación en donde Billy le dice a Nick: "mira en lo que te convertí, te pareces a uno de nosotros" resumiendo así el mensaje del filme.

En contra de la película se podría decir que hay cierta exageración en relación a que el personaje de Nick parece ser inmortal, la balas pasan de largo en infinidad de veces y cuando le pegan no le ocasionan la muerte, incluso en la escena final, donde recibe tres balazos, uno en el cuello y dos en el el cuerpo y no resulta muerto. Cargado de plomo y desangrándose, Nick tiene fuerzas para dejar la dantesca escena, manejar un auto y volver a su casa a sentarse a ver los videos de su ya existente familia. Igualmente esa exaltación de "héroe inmortal" no empaña el resultado final del filme.

Un punto aparte que merece ser destacado es la actuación de Kevin Bacon, quien logra una interpretación del personaje fantástica, sin fisuras y completamente creíble, uno puede sentir como Nick Hume va perdiendo el control de su vida hacia la destrucción. Un filme duro, bien dirigido por el malayo James Wan con un mensaje más que claro:"Si abres la puertas del infierno prepárate para ser parte de él"